Llego a la fotografía de alimentos, por su estética y la explosión colorista que conlleva este tipo de fotografía y no por ser un cocinillas, ni especialmente un amante de la cocina como tal. Con cada foto que hago, intento recrear todo un mundo de sensaciones al espectador, algo así como si pintara un cuadro.
Mis bodegones, los planteo con un cierto carácter minimalista, elaborándolos con una austera iluminación, no menos estudiada. En los que intento recrear una ambigüedad, entre la pintura, de la cual yo vengo, y la fotografía, sin ediciones que hagan falsear la realidad misma, ni filtros o acciones que alteren el propio bodegón.
No se trata de un simple guiño a la fotografía Still Life, o Food Photography, si no un giro en mis preferencias. Ya que con este tipo de fotografía he encontrado mi espacio de confort, en el cual me divierto con lo que hago y disfruto de mi pasión.
