El lanzamiento de la Ricoh GRIIIx me ha hecho plantearme porque llegue a la Ricoh GRIII, y la razón por la que se ha convertido en mi cámara favorita…
Si sumamos mi pasión por la fotografía callejera, a que no quería ir cargado, y no ser invasivo en la calle, todo esto me llevó a la decisión de buscar una compacta, con la cual no tuviera que sacrificar calidad de imagen y prestaciones, en pro del tamaño.Hoy os hago una valoración de ella, tras usarla desde mayo del 2019, y os explico porque la llamo mi “réflex de bolsillo”, aunque os aclaro que esto no es para nada una revisión de la cámara, mas bien una charla entre amigos.
Construcción y ergonómia
Desde el primer momento en que la saque de la caja tuve claro que esta cámara jugaba en otra liga. Piensas que las compactas son pequeñas, livianas y plásticosas. Y esta Ricoh se sentía tremendamente sólida, siendo obvia su construcción en metal. Pero en lo que sí me sorprendió es en lo cómoda que es de sujetar, su ergonomía es brutal, a pesar de su tamaño, algo que echaba en falta en otras compactas que he tenido.
En seguida me di cuenta que con una sola mano la podía manejar, ya que toda su botonera esta estratégicamente dispuesta, y es accesible con un par de dedos. Sin dejar de mencionar su menú intuitivo y fácil de usar, que demuestra la gran labor de los ingenieros de Ricoh.
Se ha hecho inseparable para mí, tanto si llevo un bolso, como cuando la llevo en un bolsillo. El “tamaño” que era un factor determinante, y se ha convertido en la característica más importante, para mí. No me da pereza llevarla siempre conmigo y eso hace que no pierda fotografías que seguramente dejaría de hacer con una cámara de mayor tamaño, que desde luego, no llevaría todo el día encima. Ahora puedo documentar fotográficamente mas cosas, algo que me hace muy feliz.
Sé que me dirás que llevo mi iPhone y es una estupenda cámara, pero… realmente no tengo pleno control de la toma con él, como el que sí tengo con la GRIII, ni la misma calidad de archivo. Como fotógrafo la experiencia que me ofrece la GRIII no es para nada comparable, con la que pudiera tener con un smartphone…
Todo ello hace que me convierta en invisible entre la multitud de la ciudad, su endiablada rapidez en cuanto presionas el botón de “ON” y su rápida respuesta del enfoque, hacen que pueda hacer la foto en un instante determinado y desaparecer del lugar sin que nadie perciba mi presencia.
Calidad de imagen
Qué se trata de una cámara discreta, cómoda de usar y que me cabe en un bolsillo, no son argumentos suficientes si todo esto no estuviera respaldado por una cierta calidad de imagen. No estaba dispuesto a perder ni un detalle en mis fotos, por querer una compacta, y en este terreno esta Ricoh da sobradamente la talla con su CMOS de tamaño APS-C de 24 MP. y su objetivo de 18,3mm F/2.8 (equivalente a un 28mm en formato de 35mm). Conjunto equilibradamente diseñado capaz de generar imágenes con todo tipo de detalles, incluso en situaciones con poca luz donde podremos trabajar a ISOS altos sin problemas.
Creada para la calle
Fotografiar en la calle con ella se hace tremendamente fácil, gracias a que cuenta con un sistema de enfoque híbrido de detección de fase y por contraste bastante ágil (yo diría endiabladamente rápido) que nos permite elegir 8 modos de enfoque diferentes, entre los que se encuentra mi favorito el “Snap Focus”, el cual nos permite preajustar la cámara directamente a la distancia a la que ha de enfocar, y ella calcula el rango focal por delante y por detrás de esa distancia, para que todo quede debidamente en foco. Con ello si quiero enfocar a dos metros de mi, me despreocupo porque sé que todo lo que se encuentre en esa distancia saldrá correctamente, algo que para fotografía callejera nos viene genial.
Para mí usar una óptica fija, me ha redescubierto la fotografía, me ha acostumbrado a buscar los encuadres, y estudiar mejor las composiciones. Pero esta pequeña, también tiene un sistema de “zoom”, un recorte digital con el cual tienes la opción de pasar de sus 28mm, a 35mm y 50mm sin prácticamente perdida de calidad.
Que la GRIII no lleve flash incorporado, no es para mí un problema en absoluto. De hecho, cuántos fotógrafos conoces que usen el pequeño flash que incorporan las cámaras… yo al menos ninguno. Esos flashes nunca son ni de lejos eficientes, como para hacer una fotografía decente. De lo que sí dispones, es de una zapata de flash, que considero que es la mejor opción si quieres iluminar la escena con luz artificial, y a la cual le puedes colocar un visor externo GV-2 con el mismo acabado que la cámara.
Es rápida en estar operativa en cuanto la enciendes, su enfoque es rápido y preciso, la calidad de imagen esta sobradamente asegurada con su sensor APS-C que no olvidemos que esta estabilizado, el rendimiento a ISOs altas es envidiable y la gestión de color bellísima, construcción robusta y materiales de alta calidad, una estupenda pantalla táctil que ademas nos sirve para enfocar y disparar, efectos en blanco y negro con carácter propio y una lente de 28 mm. de excelente calidad, todo esto hace que me sienta seguro con ella. Una cámara pensada y creada para la calle, por el fabricante referente en fotografía callejera, con la que no necesitas ir cargado con nada mas, y la cual la puedes llevar siempre encima, en el bolsillo de la chaqueta, en un bolso o riñonera y con la cual puedes afrontar cualquier situación fotográfica que te surja.
Estoy tan satisfecho con ella que coloquialmente la llame mi “réflex de bolsillo”, quizás sea una afirmación exagerada para algunos, lo sé, aun así esta claro que se ha convertido en mi herramienta favorita.