Con mi primera réflex digital en el 2007, llego el formato “RAW” a mi vida… y con él, el tedioso revelado de estos archivos.
Disparar en RAW se que tiene muchas ventajas, pues este formato de imagen es en resumidas cuentas, un archivo digital que contiene la totalidad de los datos de la imagen, tal y como ha sido captada por el sensor digital de la cámara, y lleva aplicada compresión de datos sin pérdida de información. Si nuestro propósito es editar la foto en Photoshop o en Lightroom, es la mejor manera de disparar, ya que con él podemos sacarle mas partido a la toma original o corregir mas fácilmente una mala exposición, ruido cromático, u otros valores.
Como veis ya han sido muchos años revelando los RAW, pasando este tipo de archivos a JPG, que en definitiva es el que luego utilizamos, una tediosa tarea que as de hacer cada vez que regresas de viaje con tus tarjetas de memoria repletas de fotografías… Esta fue una razón mas por la que me pase al sistema “X” de Fujifilm, porque sus JPG’s son 100% utilizables tal y como salen de la cámara, mantienen su calidad de forma considerable sin verme en la necesidad de hacerles mucho más, si mi configuración de la cámara ya es la apropiada.
Siempre he alabado las ventajas de trabajar en RAW, pero si estas exponiendo bien y tus ajustes en la cámara son correctos, porque no disparar directamente en JPG…
Siempre he alabado las ventajas de trabajar en RAW, pero si estas exponiendo bien y tus ajustes en la cámara son correctos, porque no disparar directamente en JPG…