En esta ocasión os traigo una serie que realicé esta semana, con un simple Repollo, se trata de una variedad de col muy utilizada en Europa, para un sin fin de platos, pero que estéticamente tiene muy poco que aportar o casi nada.
Siempre me ha gustado ponerme retos, ver hasta donde puedo llegar y en esta ocasión al entrar en la frutería me fui a fijar en algo que por si solo no lo habría elegido.
Me plantee una serie minimalista, cuyo protagonista fuera el insulso y triste Repollo. Tras unos esbozos en una libreta, como suelo hacer siempre, me puse manos a la obra, utilizando una caja de luz colocada lateralmente y un reflector blanco al otro lado, para equilibrar la iluminación, fije la cámara en el trípode, ajusté la luz deseada y medí en diferentes zonas con el fotómetro. Yo utilizo un fotómetro SEKONIC L-308S, un modelo sencillo pero muy eficaz, una herramienta de la cual nunca os he hablado y que considero fundamental, ya no solo para fotografía de alimentos (Food Photography), si no también para el retrato.
Espero que os gusten los resultados del reto de esta semana. Yo conseguí las fotos que quería y como siempre disfrute un montón realizándolas, porque creo que de eso se trata, de disfrutar de tu hobby y pasártelo bien planteándote nuevos retos por complicados que parezcan.