Este fin de semana cumplo diez meses, desde que cambie mi equipo reflex de Canon y me pasé definitivamente a un sistema “mirrorless" de Fujifilm. Hoy me quiero centrar en mi experiencia con la Fuji XPro2, una experiencia tras este periodo de tiempo de uso continuo como cuerpo principal y basada en los resultados que he obtenido, en fotografía de producto, fotografía callejera, retrato y paisaje urbano. Porque lo hago ahora… porque ahora creo que puedo dar una opinión mas objetiva de mi experiencia con esta cámara y el sistema “X” de Fujifilm ya que hablo sin la pasión de cuando estrenas algo y te parece lo mejor, por el mero hecho que es algo “novedoso” para ti.
Una de las principales razones, fue apostar por un equipo mas ligero y portátil a la hora de viajar.
Aposté por esta cámara, por la confianza que me ofrecía el buen trabajo que llevaba haciendo el fabricante, desde que sacó las primeras cámaras de la serie “X”. Por los resultados que se estaban obteniendo de estos sensores X-Trans de Fuji, en los trabajos de otros muchos compañeros que estaban apostando por la firma nipona.
Buscaba portabilidad, sin querer sacrificar ni prestaciones, ni mucho menos en calidad de imagen, tanto en RAW, como en los magníficos JPG directos, que ofrecía. Porque, otra razón para el cambio, era que ya estaba muy cansado de pasarme horas y horas revelando RAWs, delante de mi ordenador.
Prometía ser la panacea, a lo que yo buscaba, calidad de imagen, una buena resolución para poder hacer grandes ampliaciones, buenísima gestión del ruido a ISOs altas y unos colores y tonos preciosos.
La apuesta era arriesgada pero prometía, todo apuntaba a mi favor y nada podía salir mal… debía vender todo mi pesado y voluminoso equipo réflex para adquirir la XPro2, junto a lentes que sin grandes ostentaciones me cubrieran mis estilos fotográficos con cierta calidad.
Diez meses usando la Fuji X-Pro2 me han dado para mucho, y los resultados he de confesar que son mucho mejores de lo que en un principio me esperaba obtener.
A continuación te cuento mi opinión, porque de eso se trata, pues en Internet tienes muchas reviews fantásticas, que te aportarán mucho más de lo que yo te pueda contar. Es sólo una valoración personal de los aspectos que mas me han gustado y que hacen que mi fotografía sea mejor. No es un debate de marcas o modelos, pues hoy en día hay grandes maquinas en el mercado, todas buenísimas y realmente todas pueden ser tú cámara ideal, pues creo que el mejor equipo es aquel con el que te sientas cómodo y encuentres un equilibrio, una relación entre la maquina y tú. A lo largo de los años me he dado cuenta, que terminas teniendo una especie de vinculo con tu cámara y si ademas es bonita, como es el caso de la Fuji Xpro2, ya la relación esta asegurada… en eso, creo que Fujifilm ha conseguido un gran logro, pues ha sabido crear una gran cámara que rezuma belleza y personalidad. Aunque no sólo es un objeto bello, si no que nos aporta, a mi modo de ver los mejores avances que Fujifilm a conseguido con el perfecto binomio que forman el nuevo sensor X-Trans de tercera generación CMOS III de 24,3 megapixeles junto al procesador X Processor Pro.
La primera impresión que me lleve al sacarla de la caja, fue que era un cuerpo robusto. Pues cuenta con un chasis sellado contra polvo y agua, de aleación de magnesio, con un gran visor híbrido que es la seña personal de este modelo, que es una delicia a la hora de componer imágenes, ya que han sabido mezclar los mejores aspectos de un visor óptico, con uno electrónico, con una resolución de 2.36 millones de puntos y una magnificación de 0,59x. En el modo óptico, es una gozada el amplio campo de visión que tienes, con toda la información visible en él, algo muy útil.
Podría considerarla como una maquina bastante rápida, con un intervalo entre disparo de 0.25 segundos, un retardo de encendido de tan sólo de 0.4 segundos, teniendo unos impresionantes 0.05 segundos de retardo de obturación, y la velocidad de autoenfoque es de 0.06 segundos. Y con una velocidad de actualización del visor electrónico de un máximo de 85 fps en el modo de alto rendimiento. Cifras que pueden satisfacer hasta el mas exigente, en este tipo de cámaras. Los beneficios de velocidad no terminan aquí, y con una cadencia de disparo de hasta 8 fotograbas por segundo, es capaz de disparar hasta 83 en JPEG o 33 archivos en RAW con compresión y 27 en RAW descomprimido. Su obturador mecánico tiene un límite de 1/8000 sec y la oportunidad de disparar hasta 1/32000 sec, con el silencioso obturador electrónico.
Volviendo al tema del enfoque, el sistema de autofocus por detección de contraste y fase híbrido de la X-Pro2, es una gozada, ofreciendo puntos de enfoque más seleccionables mediante al acertado joystick situado en la parte trasera. Tiene 77 puntos de enfoque establecidos a través de la pantalla en modo AF, con 49 de ellos por tipo detección de fase. Si deseas ser extremadamente preciso, estos 77 puntos se pueden convertir en 273, que dividen la misma área del marco en una cuadrícula de 13 × 21 con puntos AF más pequeños, pasando a tener 77 puntos centrales por detección de fase en lugar de los 49.
Estoy muy satisfecho en muchos aspectos, el principal es en la calidad y los resultados que obtengo, que nada tienen que envidiar a un sistema “Full Frame”. Son unas imágenes nítidas y con mucho detalle y con unos colores bellísimos, con una buena gestión de ISOs altas. Feliz porque ahora puedo darme largos paseos por la ciudad, viajar a donde me apetezca, sin ir cargado con grandes bolsos/mochilas, transportando una barbaridad de kilos. Creo que Fujifilm ha sabido darme las prestaciones que llevaba buscando desde hace mucho tiempo, en una cámara que ademas, es bellísima…
Tras estos diez meses, hay una cosa de la cual ya estoy muy seguro, y es que yo ya no volvería a un equipo réflex, tras mi experiencia con Fujifilm y su sistema “mirrorless” de la serie X.