Los que me conocen saben que la fotografía se ha convertido para mi en una forma de vida, me explico… me apasiona y hacer fotos para mi es una manera de expresarme y de contar cosas. Salgo prácticamente a diario con mi cámara, o al menos con la de bolsillo la Fuji X10 y en otras ocasiones con la Fuji X-E1, pues las veo magnificas para callejear, pero en mas de una ocasión por una cosa o por otra no la llevo encima y por esas cosas del destino es cuando me encuentro con alguna situación digna de fotografiar… seguro que a mas de un@ os ha pasado mas de una vez.
En estas situaciones tiro de móvil, aunque sabiendo de antemano, que el resultado nunca será el mismo que cuando usas una cámara, pero si no hay otra cosa, es cuestión de intentar obtener la mejor toma que puedas con lo único que tienes a mano.
En esta ocasión nos cogió la lluvia a Montse y a mi paseando por Sevilla y nos vimos obligados a refugiarnos en un bar muy pequeño, pero en el cual quedaba libre una mesita para dos en el fondo del local. Cual fue mi sorpresa que junto a ella había una ventana. De esas de antes, que están divididas en rectángulos y uno de ellos daba de frente a una callejuela con su paso de cebra, cuando el primer viandante cruzo por él, yo ya vi la posible foto que podía sacar de esa situación y no tenia otra herramienta que mi iPhone 5 a mano, por lo que no me lo pensé dos veces y espere a que pasara gente que me encajara con lo que yo buscaba y móvil en mano, espere el momento indicado.
De ese rato, salieron las tomas que hoy os dejo, técnicamente no se les puede pedir mucho, pero como siempre os digo, el ojo fotográfico hay que ejercitarlo y aunque técnicamente tengan sus que, no dejan de ser una tomas interesantes, incluso para algunos podrían ser buenas.